Las 5 ventajas principales de la curiosidad
La infancia es una época verdaderamente especial en la que tu peque querrá saberlo prácticamente todo sobre todas las cosas. Su mente en desarrollo está repleta de preguntas y, si bien algunas te las planteará a ti, habrá otras cuyas respuestas tratará de encontrar por sí mismo.
La ilimitada capacidad de asombro de un niño pequeño es algo extraordinario. Si logras despertar la curiosidad de tu preescolar, le habrás hecho un regalo del que podrá beneficiarse el resto de su vida. Además de alimentar su deseo de aprender, una mente curiosa representa incontables ventajas para los peques.
1. Los niños curiosos tienen mejores instintos y habilidades de supervivencia
El instinto de supervivencia no es solo para los aventureros y náufragos varados en islas desiertas: es una parte básica del conjunto de habilidades de todos los seres humanos que nos ayuda a permanecer alertas y adaptarnos ante entornos cambiantes.
Explorar el mundo que los rodea y buscar nuevas experiencias los enseña a estar preparados para las eventualidades más diversas. Al descubrir cosas nuevas que los sorprendan y alegren, aprenderán tanto a crearse expectativas como a amar lo inesperado.
2. Los niños curiosos son más felices y sanos
Fomentar la curiosidad en los niños pequeños puede contribuir a su felicidad tanto a corto como a largo plazo. Las personas más curiosas tienden a experimentar las emociones positivas con mayor intensidad y a tener menos ansiedad. Esto, a su vez, las ayuda a sentirse más satisfechas con su vida, lo que contribuye a que gocen de un mayor bienestar psicológico.
En resumen, esto significa que, al impulsar la curiosidad de tu peque en edad preescolar, le estarás ofreciendo mayores posibilidades de vivir una vida más sana y feliz.
3. Los niños curiosos son más conscientes de sí mismos
La curiosidad se manifiesta en todos los aspectos de la vida. Esta no solo anima a los bebés a cuestionar el mundo que los rodea, sino que puede conducirlos a un viaje de autodescubrimiento a medida que se hagan preguntas sobre sí mismos.
Es común que este afán por entender mejor su propia personalidad y su mente los lleve a cuestionar sus percepciones y a superarse adquiriendo nuevas habilidades.
4. Los niños curiosos son más empáticos
Además de querer saber más sobre sí mismos, los bebés curiosos también se interesan por las personas que los rodean, un ingrediente básico para que establezcan conexiones con otros niños y adultos.
Este interés por las personas puede conducir a los peques a descubrir que ver el mundo a través de los ojos de los demás es una manera eficaz de entenderlo. Al relacionarse con otras personas y conocer sus valores, experiencias, puntos de vista y creencias, los niños desarrollan una empatía más profunda hacia todos sus semejantes.
5. Los niños curiosos resuelven mejor los problemas y se informan más, por lo que cosechan más éxitos en su vida social y académica
La curiosidad prepara el cerebro de un bebé para el aprendizaje, lo que explica que los niños curiosos muestren un gran talento para resolver problemas. No es de extrañar que los estudios en la materia demuestren reiteradamente que los niños curiosos tienden a cosechar mayores éxitos académicos. Su genuino interés por las cosas que aún no saben o comprenden hace más fácil que estos peques se involucren y dediquen esfuerzos considerables en aprender algo nuevo.