11. Juego imaginario
El juego imaginario suele traslaparse con el juego de fantasía. La diferencia es que, en este caso, las leyes físicas que rigen el mundo real se esfuman como por arte de magia. Si tu peque quiere que una jirafa LEGO DUPLO viva una Aventura en Transbordador Espacial, ¿por qué no podría hacerlo?
Además de agudizar su creatividad (¡puntos extra por las jirafas astronauta!), este tipo de juego también promueve el desarrollo físico de una forma divertida mientras se da rienda suelta a la imaginación.
12. Juego social
Conforme tu peque crece, sus patrones de juego evolucionan desde el juego en paralelo, donde se divierten unos junto a otros sin interferir, hasta el juego social, donde disfrutan involucrando a otros en sus actividades.
Los juegos sociales como las escondidillas enseñan a compartir, cooperar y ejercitar la inteligencia emocional. ¡Formidable!
13. Juego locomotor
¿Estás tratando de ponerte en forma últimamente? ¡Puedes matar dos pájaros de un tiro ayudando a tu peque con el juego locomotor! A grandes rasgos, consiste en moverse en cualquier dirección solo porque sí. Quizá quieras darle una mano subiéndose a un árbol, organizar una persecución en el parque o hacerlo rodar sobre la cama a la hora de dormir.
Con el juego locomotor no solo quemará unas cuantas calorías, sino que también desarrollará fuerza y habilidad.
14. Juego de destreza
Cualquier cosa que puedas controlar físicamente cuenta como juego de destreza. Desde hacer pozos en la arena con una cubeta y una pala hasta crear una torre con bricks LEGO DUPLO, pasando por construir un refugio en el bosque o incluso aprender a pasear en un patín.
Cuando eres niño, no hay muchas cosas sobre las que tengas control (salvo quizá tu temperamento), así que a los peques les encanta aprender a dominar nuevas habilidades para sentirse independientes. Eso también fomenta la sensación de logro, lo que a su vez potencia la autoestima. ¡Asegúrate de deshacerte en elogios para que no decaiga su entusiasmo!